arteritis de Takayasu

Historia de la arteritis de Takayasu

Aunque esta afección mórbida es una enfermedad vascular, fue reportada por primera vez por un oftalmólogo japonés. En la 12ª Reunión Anual de la Sociedad Japonesa de Oftalmología celebrada en 1908 en Fukuoka, Mikito Takayasu (Fig. 1a ) informó el caso de una mujer de 21 años cuyo fondo ocular exhibía «anastomosis coronaria», anastomosis arteriovenosa alrededor de la papila (Fig. 1b ). Este resumen fue publicado en 1908 en las Actas de la Sociedad Japonesa de Oftalmología [ 9 – 11 ]. Sin embargo, en esta reunión, Katsutomo Onishi, profesor de Oftalmología de la Universidad de Kyushu, y Tsurukichi Kagoshima, profesor de Oftalmología de la Universidad de Kumamoto, presentaron casos de fondos oculares que mostraban las mismas características.

Además, mencionaron que en sus pacientes el pulso no se podía palpar en ambas arterias radiales (Onishi) o en la arteria radial izquierda (Kagoshima) [ 10 ].

Takayasu no mencionó la falta de pulso en su paciente en su presentación y no indicó ninguna anomalía en el examen médico. Por ello, algunos médicos insisten en denominar a esta enfermedad como «enfermedad de Takayasu-Onishi». Poco después, se informaron varios casos en Japón, incluido un informe de 1939 de Yasuzo Shinmi, quien utilizó por primera vez el término «arteritis de Takayasu»

¿Qué es la arteritis de Takayasu?

La Arteritis de Takayasu es una vasculitis sistémica crónica, granulomatosa, de grandes vasos. Se caracteriza por la inflamación crónica de la arteria aorta (cuya función es llevar la sangre oxigenada del corazón a todos los órganos) y sus ramas principales, causando estrechamientos y dilataciones de las arterias afectadas o debilitamiento de su pared.

La arteritis de Takayasu es todo un reto, principalmente debido a la dificultad en el diagnóstico temprano y la evaluación de la actividad real de la enfermedad, dado que no existen pruebas de laboratorio, biomarcadores o autoanticuerpos de diagnóstico específicos. Muchos pacientes experimentan un retraso considerable en el diagnóstico, dado que puede haber discrepancias entre la inflamación sistémica y la de la pared vascular. Utilizar únicamente las respuestas de fase aguda no es fiable para evaluar la actividad de la enfermedad.

Tiene una distribución mundial, con una incidencia anual que se estima varía desde 0.3 hasta 40 por millón, situándose la mayor prevalencia en Asia, especialmente en Japón, donde se estima que cada año se producen 150 casos nuevos. La prevalencia también es alta en Oriente Próximo, África y América Central y del Sur, siendo poco frecuente en Europa y Norteamérica.

Es más frecuente en mujeres y suele aparecer en la segunda o tercera década de la vida, aunque no es infrecuente que en pacientes europeos aparezca alrededor de los 40 años. También se han descrito numerosos casos en edad infantil. Se trata de la tercera causa de vasculitis en edad pediátrica, tras la púrpura de SchönleinHenoch y la enfermedad de Kawasaki.

¿Cuáles son sus causas?

La AT es una enfermedad inflamatoria. Su etiología sigue sin estar bien definida, no obstante, los factores genéticos e infecciosos pueden desempeñar un papel importante en su patogenia. En concreto, se ha sugerido la asociación con algún virus y se ha encontrado la implicación de mecanismos inmunes mediados por células que secretan citoquinas proinflamatorias. También se ha estudiado una posible asociación genética con el antígeno leucocitario humano (HLA)-B52 y con un polimorfismo genético del factor de necrosis tumoral (TNF).

Debido a su predilección por el sexo femenino, se supone que las hormonas sexuales también desempeñan un rol importante. Se postula que la estimulación de un antígeno desconocido, posiblemente infeccioso, desencadenaría la expresión de la proteína determinada en los vasos afectados, generando daño vascular.

La inflamación puede estar localizada en una porción de la aorta torácica o abdominal y sus ramas, o puede afectar a todo el vaso. Aunque existe una considerable variabilidad en la expresión de la enfermedad, las lesiones vasculares iniciales suelen producirse en la arteria subclavia. A medida que progresa la enfermedad, también pueden afectarse otros segmentos vasculares como el arco aórtico, la aorta ascendente, la aorta descendente, las arterias carótidas, las arterias renales o las femorales.

¿Cuál es su clasificación?

En función de los territorios afectados, la arteritis de Takayasu suele dividirse en cinco tipos diferentes:

Clasificación angiográfica de la arteritis de Takayasu (1994).

Tipo Afectación vascular

Tipo I Ramas del arco aórtico

Tipo IIa Aorta ascendente, arco aórtico y sus ramas

Tipo IIb Aorta ascendente, arco aórtico y sus ramas, y aorta torácica descendente

Tipo III Aorta torácica descendente, aorta abdominal y/o arterias renales

Tipo IV Aorta abdominal y/o arterias renales

Tipo V Combinación de los tipos IIb y IV