La arteritis de Takayasu se manifiesta de manera lenta y progresiva, de modo que puede haber un retraso importante en el diagnóstico de meses, o incluso años, desde la aparición de los primeros síntomas.
Clínicamente, puede dividirse en tres fases:
- a) Una fase inicial caracterizada por síntomas generales inespecíficos como astenia, pérdida de peso, mialgias, febrícula/fiebre. Estos síntomas habitualmente preceden a la afectación vascular durante varios meses.
- b) Una fase de inflamación vascular, caracterizada por síntomas locales de dolor y sensibilidad de los vasos afectados.
- c) Una fase final en la que predominan los síntomas derivados de la hipoperfusión de los territorios distales a la arteria afectada.
Las lesiones vasculares más frecuentes son las estenosis (85%), la oclusión (55%), la dilatación y los aneurismas arteriales (30%).
Uno de los cuadros más frecuentes es el síndrome del arco aórtico, con claudicación intermitente de las extremidades superiores (al ser la subclavia el vaso más frecuentemente afectado), soplos vasculares y asimetría de pulsos. Son frecuentes los accidentes cerebrovasculares isquémicos de los territorios carotídeo y, con menor frecuencia, vertebrobasilar.